El cáncer y los tratamientos comunes utilizados para combatirlo

Autora: María José Reyes. Ingeniera en Biotecnología

El cáncer es la primera causa de muerte en países desarrollados y la segunda en países en vías de desarrollo. Esta causa de muerte es sólo superada por las enfermedades cardiovasculares, que muchas veces se asocian a la obesidad y a estilos de vida inadecuados. El cáncer, por su parte, está asociado a diversas causas como factores genéticos, ambientales y alimentarios, entre otros. Debido a esta diversidad de factores asociados al cáncer, es usual escuchar recomendaciones de especialistas para la prevención de esta enfermedad. Entre estas, podemos nombrar llevar un estilo de vida saludable o no exponerse a factores de riesgo directamente relacionados con la patología (rayos UV, cigarrillo, etc.). No obstante esto, el cáncer sigue afectando a millones de personas en el mundo y los tratamientos tradicionales para enfrentarlo son limitados, y presentan una gran cantidad de efectos adversos.

Entre los tratamientos disponibles para tratar el cáncer se encuentra la cirugía, quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia. La quimioterapia y la radioterapia son altamente utilizadas, sobre todo en los países con menores recursos. Estas terapias, si bien han ayudado a la recuperación de muchas personas, también vienen asociadas a diferentes efectos adversos presentes incluso después del tratamiento. Estos efectos adversos afectan significativamente la calidad de vida de los pacientes y sus seres queridos, además limitan la eficacia de los tratamientos.

El efecto secundario más común asociado a la quimioterapia y a la radioterapia es la inflamación aguda o crónica en el organismo, esto puede provocar reacciones graves en los tejidos sanos y afectados por el cáncer. Dependiendo del órgano afectado por estos invasivos tratamientos, se pueden producir distintas adversidades; por ejemplo, en el caso de que ocurra inflamación en la vía oral/gastrointestinal, se gatilla una inflamación de la mucosa que puede producir úlceras, vómitos y desnutrición. Si el órgano afectado es el pulmón, se podría provocar una neumonitis aguda o incluso una fibrosis que podría poner en peligro la vida del paciente. Diversos estudios han mostrado que la inflamación crónica tiene un potente vínculo con la carcinogénesis, es decir, “el proceso en el que las células sanas se transforman en células malignas”, por lo que un cáncer distinto podría generarse en los pacientes sometidos a este tipo de tratamientos.

 

Si bien existen alternativas de fármacos sintéticos antiinflamatorios que podrían ayudar a paliar los efectos adversos de la quimio y radioterapia, estos suelen traer consigo otros efectos adversos. Tal es el caso de los antiinflamatorios no esteroídeos (AINEs: ibuprofeno, diclofenaco, etc.), cuyo consumo prolongado pueden generar úlceras graves, y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y renales. Esto ha llevado a varios grupos de investigación a interesarse por otro tipo de terapias provenientes de fuentes naturales.

La cúrcuma es una planta ampliamente utilizada tanto en el mundo culinario como para tratamientos medicinales. Esto se debe a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. La curcumina es la molécula activa presente en la cúrcuma y a la que se le atribuyen estos y otros efectos. Diversos estudios han revelado la capacidad de la curcumina para tratar enfermedades inflamatorias cutáneas. Esta capacidad, sumada a la baja toxicidad de la curcumina, convierten a esta molécula en un buen candidato el tratamiento de diversas dermatitis (incluida la producida por la radiación proveniente del sol). Otros estudios muestran que la curcumina también podría limitar la aparición de cambios morfológicos causados por la radiación (disminución de la densidad celular y consecuente disminución del grosor de la epidermis).

Diversos estudios han demostrado que la curcumina presenta efecto protector contra reacciones causadas por la quimioterapia, dicho efecto se atribuye a su potencial antioxidante y antiinflamatorio. A modo de ejemplo, podemos referirnos al efecto protector renal (nefroprotector) de la curcumina y donde el daño es inducido por el fármaco anticancerígeno cisplatino. Al igual que el cisplatino, otros fármacos anticancerígenos como metotrexato, doxorrubicina y daunorrubicina también presentan efectos nefrototóxicos, en estos casos la curcumina también presentaría un efecto beneficioso para prevenir y/o tratar dicha condición. Por otro lado, también se sabe que la quimioterapia contra el cáncer puede inducir toxicidad en el corazón (cardiotoxicidad). Esta reacción adversa grave conduce a una mayor morbilidad y mortalidad en los pacientes, especialmente si existen enfermedades cardiovasculares previas. La curcumina también ha mostrado que puede reducir los efectos cardiotóxicos de dichos fármacos. Adicionalmente, otro efecto protector relevante que se le atribuye a la curcumina es la neuroprotección y donde el daño se induciría por el uso de fármacos antineoplásicos, pudiendo tener como efecto adverso encefalopatía aguda, síndrome cerebeloso, vasculopatías, accidentes cerebrovasculares, meningitis y demencia, entre otros.

Nanofix como complemento en las terapias contra el cáncer

Nanofix es un suplemento alimenticio en base a cúrcuma activada con nanotecnología. Este emprendimiento chileno permite que la curcumina se transporte por el organismo en una nanoestructura de un tamaño único, capaz de protegerla de los factores que la degradan (pH, ácidos y temperatura) y traspasando así los tejidos. Es por esto que el consumo de Nanofix podría complementar de manera eficiente los tratamientos anticancerígenos como la quimioterapia y la radioterapia. Algunos consumidores de este producto han experimentado cambios en el estado de su tratamiento contra el cáncer y testimonios de esto pueden ser encontrados en la página web oficial de Nanofix.

Fuentes:

 

  • Farhood B, Mortezaee K, Goradel NH, Khanlarkhani N, Salehi E, Nashtaei MS, Najafi M, Sahebkar A. Curcumin as an anti-inflammatory agent: Implications to radiotherapy and chemotherapy. J Cell Physiol. 2019 May;234(5):5728-5740. doi: 10.1002/jcp.27442. Epub 2018 Oct 14. PMID: 30317564.
  • Akbari S, Kariznavi E, Jannati M, Elyasi S, Tayarani-Najaran Z. Curcumin as a preventive or therapeutic measure for chemotherapy and radiotherapy induced adverse reaction: A comprehensive review. Food Chem Toxicol. 2020 Nov;145:111699. doi: 10.1016/j.fct.2020.111699. Epub 2020 Aug 25. PMID: 32858134.
  • Trujillo, J., Chirino, Y. I., Molina-Jijón, E., Andérica-Romero, A. C., Tapia, E., & Pedraza-Chaverrí, J. (2013). Renoprotective effect of the antioxidant curcumin: Recent findings. Redox biology, 1(1), 448-456.
  • Florescu, M., Cinteza, M., & Vinereanu, D. (2013). Chemotherapy-induced cardiotoxicity. Maedica, 8(1), 59.
  • Yang, M., & Moon, C. (2013). Neurotoxicity of cancer chemotherapy. Neural regeneration research, 8(17), 1606.